24/7/07

De cuando lo pequeño es grande


Sucede también que,
sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel y te rescata del letargo.

Es un porque para los ojos.
Te "es-fuerzas" por observar en vez de mirar.

Y siempre es viernes, siesta de verano, verbena en el campo.



11/7/07

Marga al sol





Es una obsesión que me persigue, al menos eso dice mi madre. Hoy la he vuelto a ver. Estaba preciosa. Llevaba su traje amarillo e iba corriendo hacia el sol, ondeaba sus brazos al aire queriendo acaparar la vida, tornaba su cuerpo hacia la luz, hacia aquello que le da placer y calidez a su figura. Hacia lo que le hace sentir viva.
Estaba tan hermosa movida por el viento, que parecía bailar…
Yo iba en dirección contraria, pero al verla, he desandado mis pasos, y la he seguido. La he saludado y contemplado en el paisaje que estaba dejando atrás y que las prisas no nos permiten admirar. La he hecho mía desde todas sus aristas, ningún lado se ha perdido a mis ojos, y me han venido estas sensaciones mientras la observaba.

La Dama del sol
Mirándote, a pesar y por encima de las horas
Extrayéndote de todos los paisajes
Excluyéndote de este y cualquier otro mundo
Pensando en lo que no puedo evitar que me hagas sentir.
Calidez llena de fuego abrasador.

3/7/07

Dulce Ingratitud, ¿o salada?











Ahí está dominando todo el escenario, su voz gorgotea clamores de llamada, su perfume asfixia mis orificios nasales, el goteo fresco de su sonido bulle en torno a mi pensamiento, al igual que olas que lanzan una señal a la arena, olas que vienen y van, y un ven, ven, ven, ven, incansable esparcido en mi cabeza.
Es una obsesión en estos días.
La pesadilla es perpetua por no tenerle cerca y la realidad ha seguido el camino del masoquismo por verle. Sé que tengo que reconocerle que me levante en volandas y me lleve a pasear, una y otra vez, ante sus ojos, mis abruptos casi infantiles. Me he abandonado a su cuarta, quinta o sexta oleada de placer mientras le contemplo. En verdad, pierdo la cuenta cuando está a un milímetro de la distancia que separa mi piel de sus sentidos.
Pero no ha lugar. No he podido beber el néctar húmedo de sus entrañas. Ni un quejumbroso relincho de terca mula con dolor de costado le ha hecho estremecer. ¡Ingrato!. Mi presencia ha sido inútil para sus ojos. Se encuentra quieto, pegado a la ventana de lo impasible. Está encerrado y encarcelado entre láminas de gigantesco papel, en carteles, en medio de un infernal asfalto maloliente con grandes dosis de cemento gris. Una exposición fotográfica. Y allí está sin poder tocarlo. Con las gotas incitando mi comisura labial y sin lograr beberlo.




La imaginación se aposenta de nuevo entre los surcos que deja la visión de sus aguas.
Queda menos...
Y le prometo una venganza terrible.




Las fotografías las he realizado en la exposición : “Vivir el mar” del fotógrafo Philip Plisson, expuesta en el parque del Retiro por unos días y donde los visitantes hemos contemplado una muestra de casi 70 instantáneas de la relación del hombre con el mar. Bonita, bonita, bonita. Espero te gusten.