Fue necesario caminar entre rocas hasta herir los pies, también fue inevitable el asombro ante el reventar de las olas en los riscos, y allí se sentó, justo al borde de las oleadas, una mañana y con los pies colgando... El rayo de luz que caía de soslayo le permitió ver medio oculta entre las peñas una especie de flor, de escarlata, parecida a un quitasol de puntas arqueadas. Si la veía por fuera se parecía a un grano de sal. Más bien quiso verla por dentro. Y esto observó: Grano de sal Visión caleidoscópica Doble realidad
Puntos luminosos de luceros Río plateado de mercurio Que al tocar se deshace en los dedosLágrima de roca Blanca piel abierta Sal de llanto sobre la arena.
Sal de agua Sol de sal Pimpinela de vida Sal de gracia y con tequila Chispeante pizca de energía Trozo de día sazonado Aire que huele a garbo Salero en el cuerpo Sal de agua Sol de sal
A veces una se empeña en que tiene que hacer "algo", lo que sea, y no siempre es así.
“Be water my friend”, como diría el otro. Siempre en movimiento, fluyendo con la vida, sorteando las piedras del camino como esquiva el agua las enormes rocas
que encuentra a su paso.
A veces el movimiento correcto es estar inmóvil,
sabiendo que uno no va a estar inmóvil para siempre.
Lo cierto es que no se le ocurre a una cómo nombrar un medicamento antidoloroso si no es con ésta palabra mágica: analgésico. Basta casi con pronunciarla para sentir un alivio considerable, sobre todo si la pronunciamos al tiempo de tomar agua y vernos allí.
Analgésico. Analgésico, Otra vez, Analgésico. Analgésico